Resumen Ejecutivo: CRÍMENES DE MODA

A lo largo de muchos años, la atención del mundo se ha fijado en los terribles crímenes que se están cometiendo en la Amazonía brasileña contra las personas y el planeta , para proveer la carne de res y la soya. Hay una consciencia creciente de la necesidad de abordar los impactos en la Amazonía de lo que comemos. Pero una destrucción semejante en otro punto crucial de biodiversidad en Sudamérica, impulsada por una mercancía muy distinta, ha pasado prácticamente desapercibida.

Al sur de la Amazonía se encuentra el vasto Cerrado, uno de los biomas más ricos de la Tierra, hogar de 161 especies de mamíferos, incluyendo el oso hormiguero gigante, el armadillo gigante, el jaguar y el tapir. Millones de personas dependen de sus bosques y de sus sabanas para su subsistencia. Sin embargo, la destrucción del Cerrado por parte de la agricultura industrial en las últimas décadas ha sido peor que la del bosque húmedo y denso del norte. Ya se ha perdido aproximadamente la mitad de la vegetación nativa del bioma, sobre todo para dar paso a la expansión de los agronegocios. Y si bien las noticias recientes de la Amazonía son prudentemente positivas,1 ocurre todo lo contrario en el Cerrado: el problema está empeorando, no mejorando: en 2023, las tasas de deforestación en el bioma aumentaron un 43%, en comparación con el año anterior.2

La investigación de Earthsight que ha durado más un año revela que los consumidores y corporaciones en Europa y Norteamérica están impulsando esta destrucción de forma nueva. No por lo que comen – sino, por lo que llevan puesto. Earthsight ha descubierto que el algodón utilizado por las empresas gigantes de la moda H&M y Zara está vinculado a la deforestación a gran escala, al acaparamiento de tierras, a las violaciones de los derechos humanos y a los conflictos violentos sobre la tierra en el Cerrado brasileño.

H&M e Inditex, la empresa dueña de Zara, son las minoristas de moda más grandes del mundo. Tuvieron ganancias combinadas de alrededor de US$41 miles de millones en 2022. H&M tiene 4.400 tiendas alrededor del mundo, mientras que Zara y otras marcas de Inditex – Pull&Bear, Bershka, Massimo Dutti y Stradivarius – tienen casi 6.000. H&M y Zara son líderes mundiales de la industria de la ‘moda rápida’, produciendo en masa numerosas colecciones de prendas cada año.

En la última década, el algodón brasileño se ha ganado protagonismo en el mercado mundial de la moda. El país es actualmente el segundo mayor exportador del mundo y se espera que supere a Estados Unidos como primer proveedor de algodón en 2030. En la década hasta 2023, las exportaciones de Brasil se han más que duplicado. Casi todo ese algodón se cultiva en el Cerrado.3 Pero H&M y Zara no compran este algodón directamente. Como muchas empresas gigantes occidentales de la moda, adquieren sus prendas en gran parte a proveedores con sede en Asia. Dichas empresas transforman el algodón en bruto en mercancías acabadas que nosotros(as) encontramos en las tiendas de ropa. Tras un estudio minucioso de miles de registros de exportación, nuestros(as) investigadores(as) descubrieron que los proveedores de H&M y Zara se abastecen de algodón en el occidente del estado brasileño de Bahía por dos de los productores más grandes del país: SLC Agrícola y Grupo Horita.

La producción de algodón de SLC y Horita en Bahía occidental – una parte del bioma del Cerrado que ha sido fuertemente impactada por los agronegocios a escala industrial – está vinculada a unas cuantas ilegalidades.

SLC – con 44.000 ha de plantaciones de algodón (equivalente a más de 60.000 campos de fútbol) en solamente Bahía accidental – es el productor brasileño más grande de algodón, mientras que Horita – la cual opera en por lo menos 140.000 ha de tierras de cultivo en la región – es uno de los seis más grandes. Ambas empresas son propiedad de familias que se cree que son entre las más ricas de Brasil.

La historia sombría de los agronegocios en el Cerrado

El Grupo Horita y SLC Agrícola son emblemáticos de una realidad más amplia de agronegocios orientados a la exportación que están dañando el Cerrado, sus comunidades tradicionales y el clima.

El Cerrado, que se extiende por casi una cuarta parte de Brasil, alberga el 5% de las especies del mundial y un tercio de la biodiversidad brasileña. Sin embargo, sólo en Bahía se ha perdido casi una cuarta parte de su Cerrado nativo – un área del tamaño de Gales – a la expansión agrícola en las últimas décadas. Altiplanos que antes abundaban en guacamayos azules y jaguares ahora son vastos monocultivos de algodón y de soya. Casi una quinta parte de las especies del Cerrado, incluyendo el lobo de crin y la paloma terrestre de ojos azules, están en peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat.

Los y las residentes le mostraron a Earthsight lechos secos de ríos y manantiales perdidas. Los agronegocios en el occidente de Bahía extraen casi dos miles de millones de litros de agua cada día. Ellos lo reembolsan vertiendo 600 millones de litros de pesticidas en el Cerrado cada año.

El impacto climático ha sido enorme: desmontando la vegetación del Cerrado para la producción agrícola genera la misma cantidad de carbono cada año que las emisiones anuales de 50 millones de coches. La producción de algodón tiene una huella de carbono extremadamente alta en comparación con otras mercancías, debido a su uso de grandes cantidades de pesticidas para su producción.

La sociedad civil local le contó a nuestros(as) investigadores(as) que es difícil encontrar una sola finca a gran escala de algodón o de soya en todo el occidente de Bahía que no resultó del acaparamiento de tierras. Este informe mostrará que la corrupción, la violencia y la negligencia del gobierno han contribuido a transformar al Cerrado brasileño en un foco insostenible y violento de agronegocios en los últimos 25 años.

El acaparamiento de tierra, la violencia contra las comunidades tradicionales y la corrupción

En la municipalidad de Formosa do Rio Preto, Horita produce algodón, soya y otros cultivos en un tercio de una enorme hacienda llamada Estrondo. Aunque varios agronegocios tienen plantaciones en Estrondo, Horita– el mayor terrateniente de la hacienda – ha estado estrechamente vinculado a las violentas disputas de tierra de Estrondo contra las comunidades tradicionales que habitan la zona desde el Siglo XIX.

Dichas comunidades, conocidas como ‘geraizeiros’, han vivido en armonía con la naturaleza durante generaciones, cazando, pescando, cultivando cosechas tradicionales y acarreando ganado. Son amparadas bajo la ley y deben tener garantizado el derecho a sus tierras tradicionales.

En 2018, el Fiscal General de Bahía señaló que Estrondo era una de las mayores áreas de tierra acaparradas en la historia de Brasil. Las tierras de Estrondo son públicas y pertenecen al estado de Bahía, y deberían ser ambientalmente protegidas y reservadas para las comunidades geraizeros.

Sin embargo, en las décadas de 1970 y los 1980, los dueños de Estrondo ilegalmente se apropiaron de más de 400.000 ha de tierras públicas cubiertas de vegetación nativa del Cerrado. Hasta la fecha, más de la mitad de esa área ha sido deforestada. Hace más de 10 años, los geraizeros empezaron a sufrir intimidación y acoso por parte de hombres armados que trabajan por los dueños e arrendatarios de Estrondo. En dos episodios violentos ocurridos en 2019, los guardias de seguridad dispararon contra dos miembros de la comunidad.

Una demanda en curso contra Estrondo por parte del Fiscal General de Bahía busca recuperar dichas tierras públicas.

En la municipalidad de Correntina, otro caso del acaparamiento de tierra ha aquejado a la comunidad tradicional de Capão do Modesto. En dicha comunidad, grandes agronegocios han sido acusados de apropiarse indebidamente de tierras públicas para convertirlas en ‘reservas legales’, áreas que los terratenientes deben reservar para la preservación ambiental. Sin embargo, en lugar de destinar parte de sus propiedades productivas como reservas legales, varios agronegocios han adquirido tierras en otros lugares para dicho propósito. El Grupo Horita tiene una propiedad de 2.169 ha en Capão do Modesto. La finca Paysandu de SLC, en la cual se cultiva el algodón, también está vinculada a una reserva legal en Capão do Modesto, llamada Tabuleiro VII.

El Fiscal General de Bahía se ha referido a Capão do Modesto como “uno de los casos más serios de acaparamiento de tierra en Bahía” y ha solicitado la suspensión y cancelación futura de todo título de propiedad que se sobrepone en el mismo. La comunidad local ha sufrido acoso, vigilancia, intimidación y ataques por parte de pistoleros vinculados a los agronegocios.

La deforestación ilícita

Tanto Horita como SLC Agrícola tienen un historial descarado de deforestación ilícita e infracciones ambientales en Bahía occidental.

En 2014, la agencia ambiental brasileña descubrió deforestación ilegal en 25.153 ha de las fincas de Horita en Estrondo. En 2020, la misma agencia indicó que no podía encontrar las autorizaciones para 11.700 ha de deforestación realizada por la empresa entre 2010 y 2018. Ibama multó a Horita más de 20 veces entre 2002 y 2019 (casi BRL22 millones ($4,5 millones) debido a las violaciones ambientales en Bahía occidental.

Las imágenes satelitales analizadas por Earthsight revelan que una finca de Horita embargada por Ibama desde 2008 debido a las infracciones ambientales – una medida para prevenir más explotación comercial de una dada parcela de tierra y permitir que se regenere – ha cultivado el algodón repetidamente desde 2017, incumpliendo el embargo.

SLC tiene un historial igualmente problemático. Sus fincas Piratini, Palmares y Parceiro, todas ellas dedicadas al cultivo de algodón, han perdido por lo menos 40.000 ha del Cerrado nativo a lo largo de los últimos 12 años. A pesar de la política de cero deforestación adoptada en 2021, la empresa fue acusada de talar 1.365 ha de vegetación nativa en su finca Palmares en 2022.

Ibama ha multado a SLC con más de US$250.000 desde 2008 por infracciones medioambientales en Bahía. El fondo de pensiones noruego desinvirtió en la empresa en 2017 debido a los vínculos de SLC con las violaciones ambientales.

El rol del consumo occidental

Nuestros investigadores encubiertos se hicieron pasar por inversionistas extranjeros para infiltrarse en los mundos de los agronegocios brasileños y de la moda europea. Analizaron minuciosamente miles de registros de exportaciones, informes de empresas, listas de proveedores y sitios web. Descubrieron una cruda realidad: el algodón manchado por la deforestación, el acaparamiento de tierra y la violencia contra comunidades tradicionales acaba en las cadenas de suministro de las dos mayores cadenas minoristas de moda del mundo: Zara y H&M.

Los registros de exportaciones muestran que el Grupo Horita y SLC Agrícola directamente exportaron por lo menos 816.000 toneladas de algodón de Bahía hacia mercados extranjeros entre 2014 y 2023.4 Otras fuentes de información sugieren,5 que las verdaderas exportaciones totales de dichas dos firmas durante ese periodo superaron con creces el 1,5 millones de toneladas, con la diferencia exportada a través de intermediarios.

Identificamos ocho fabricantes asiáticos de vestimenta que utilizan el algodón de Horita y SLC y, al mismo tiempo, suministran a H&M y a Zara con millones de prendas de algodón acabadas.

Entre ellos se encuentra PT Kahatex en Indonesia, el comprador más grande del algodón de Horita y de SLC que logramos identificar. H&M es el segundo cliente más grande de la firma indonesia y ha comprado millones de pares de calcetines, pantalones cortos y pantalones de algodón. Estos artículos se pueden encontrar en las tiendas de H&M de EEUU, Alemania, Reino Unido, Suecia, Países Bajos, Bélgica, España, Francia, Polonia, Irlanda, Italia y otros países en Europa y otros continentes. Otro comprador del algodón de Horita y SLC es Jamuna Group, uno de los conglomerados industriales más grandes de Bangladesh. Entre septiembre de 2022 y agosto de 2023, las tiendas de Zara en Europa vendieron €235 millones de jeans y otras prendas de mezclilla confeccionadas con algodón y fabricadas por Jamuna en Bangladesh – aproximadamente 21.500 pares por día. Inditex importa productos fabricados por Jamuna a España y a los Países Bajos, desde donde los distribuye a sus tiendas de Zara, Bershka y Pull&Bear de toda Europa. Interloop, un cliente de Horita y de SLC en Pakistán, envío aproximadamente 30 millones de pares de calcetines de algodón a H&M en Alemania, Suecia, EEUU, Bélgica, España, el Reino Unido, Italia y los Países Bajos en 2023.

Como parte de sus esfuerzos de sustentabilidad, H&M y Zara confían en un sistema de certificación de cadenas de suministro éticas fundamentalmente defectuoso llamado Better Cotton (BC).6 La mayoría de los productosde ambas empresas se fabrica con algodón certificado por BC, lo que las convierte, con creces, en los usuarios más grandes del mundo del algodón con el sello de aprobación de BC. Brasil produce la mayor cantidad del mundo de algodón licenciado por BC, con un 42% del volumen mundial.

Sin embargo, Earthsight encontró un problema notorio con todo esto: el algodón vinculado a los derechos a la tierra y a los abusos medioambientales en Bahía llevaba la etiqueta de BC. Esto no debería sorprender. BC, en repetidas veces, ha sido acusado del lavado verde y criticado por no permitir la plena rastreabilidad de las cadenas de suministro.

Si bien BC está implementando nuevos procedimientos y normas, el sistema continuará experimentando varias debilidades. Los requisitos para que un productor cumpla con las leyes locales son excesivamente vagos y no mencionan ni la propiedad de la tierra, ni las disputas acerca de la tierra. Una nueva prohibición contra la transformación de los ecosistemas naturales a partir de diciembre de 2019,7 no aborda la deforestación ilícita que ocurrió antes de dicha fecha. Un sistema nuevo de rastreabilidad que será implementado en los años venideros es penosamente insuficiente pues solo rastreará el algodón desde el país de origen, no desde las fincas individuales. Las reglas sobre la mitigación de daños a los pueblos indígenas y tradicionales solo aplican a las comunidades fuera de los límites de las fincas e ignoran las violaciones contra aquellos cuyas tierras han sido robadas. Por otro lado, los criterios que buscan proteger las comunidades locales dentro de los límites de las fincas no requieren que los agronegocios consiguen el pleno consentimiento para proyectos que impactan a sus medios de vida.

Earthsight además identificó problemas preocupantes en los sistemas de acreditación y de cumplimiento de BC. En Brasil, una asociación nacional de productores de algodón (ABRAPA) se encarga del programa de certificación, lo que supone un gran conflicto de interés. Existen problemas semejantes en los procesos de auditoría, en los que los auditores son pagados por las empresas certificadas y dependen de ellas para su negocio.

H&M e Inditex actualmente no cuentan con políticas ni herramientas para suplir las deficiencias de BC. Las políticas en materia de derechos humanos y de sustentabilidad de H&M no abordan los derechos comunitarios ni la deforestación. Los compromisos ambientales de Inditex no parecen extenderse a sus proveedores de algodón. Better Cotton y todas las empresas mencionadas en el informe fueron contactadas pidiendo sus comentarios. Las respuestas pueden encontrarse a lo largo del informe y se puede acceder a ellas en su totalidad aquí.

La regulación de los países consumidores

La vigilancia débil de las cadenas de suministro, incluso por parte de las marcas más destacadas, junto con un sistema ineficaz de certificación, implican la necesidad de acciones normativas gubernamentales y la aplicación robusta para reformar los sectores del algodón y la moda. Afortunadamente, los Gobiernos de ambos lados del Atlántico gradualmente se están dando cuenta de ello.

En la UE, si la Directiva de Debida Diligencia en Materia de Sostenibilidad Corporativa (CSDDD, por sus siglas en inglés) si se promulgada, requerirá que las grandes compañías operando en la UE, como ser H&M e Inditex, identifiquen y minimicen los impactos adversos en materia de derechos humanos y de medio ambiente en sus cadenas de suministro.

Sin embargo, la decisión de última hora de Alemania de retirar su apoyo a la Directiva en febrero de 2024, después de que el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE la hubieran negociado, no solo estuvo a punto de acabar con ella, sino que llevó a un debilitamiento del texto que restringió gravemente su aplicabilidad. El cambio de Alemania, contrario a la práctica de la UE, fue impulsado por el partido pro-mercado FDP, socio menor de la coalición de gobierno del país, que ha recibido financiación de empresas que se verán afectadas por la ley. Aunque la CSDDD no es ni mucho menos perfecta, su aprobación puede aportar la tan necesaria rendición de cuentas a algunas cadenas de suministro europeas.

El Reglamento de la UE sobre la Deforestación (EUDR, por sus siglas en inglés) entró en vigor en junio de 2023,8 y exige a las firmas que rastreen los productos desde las tierras donde se produjeron las materias primas. Requiere que la producción sea no solamente libre de deforestación, sino además legal.

El EUDR tiene, sin embargo, una gran limitación: no cubre el algodón ni tampoco los productos fabricados con algodón.

En el Reino Unido se ha promulgado una nueva ley, la Ley Ambiental,9 para regular el consumo de las mercancías que ponen en riesgo los bosques, como la carne de res y la soya. En Estados Unidos, un proyecto de ley, FOREST Act, ha sido pospuesta por el Congreso. Dichas leyes también tienen limitaciones importantes: solo cubren la deforestación ilícita10 y no incluyen el algodón.

EEUU, el Reino Unido y la UE deben aumentar su ambición. La CSDDD debe ser aprobada por el Consejo de la UE y el Parlamento de la UE. Los Estados Miembros de la UE que habían solicitado una ley más estricta deben plantearse aprobar su propia legislación nacional, más estricta. La Ley Ambiental del Reino Unido y la EUDR deben incluir el algodón. En EEUU, se debe considerar incluir el algodón en el proyecto de FOREST Act. Sobre todo, es esencial que todas estas leyes se apliquen y se hagan cumplir correctamente, algo que dista mucho de ser seguro.

Acción en Brasil

En Brasil, el Gobierno federal está promocionando un plan denominado PPCerrado para reducir la deforestación en el Cerrado. Sin embargo, el plan abarca solamente la deforestación ilícita y no aborda la deforestación autorizada por los Gobiernos locales, así dejando la puerta abierta para las políticas insostenibles a nivel local.

Los sucesivos Gobiernos de Bahía han adoptado normativas que socavan las disposiciones constitucionales estatales en materia de protección del medio ambiente y de las comunidades tradicionales. El estado no ha mapeado todas las tierras públicas para conceder derechos a la tierra para las comunidades tradicionales que las habitan. La aprobación de los permisos de deforestación se ha disparado, con más de 750.000 ha autorizadas para ser desmontadas entre 2012 y 2021.

El Gobierno federal debe implementar un plan para acabar con toda deforestación a gran escala en el Cerrado, no solamente la ilegal. El Gobierno de Bahía debe mapear todas las tierras públicas para garantizar su conservación y que las comunidades tradicionales disfruten plenamente sus derechos sobre la tierra. Los reveses en las políticas ambientales deben ser revertidos inmediatamente.

Lo que los minoristas de la vestimenta y el sector algodonero deben hacer

El sector privado también debe actuar.

Better Cotton debe requerir que las fincas certificadas significativamente busquen el consentimiento de las comunidades tradicionales y de los pueblos indígenas para toda actividad que les afecte, sin importar si las tierras de dichas comunidades se encuentran dentro o fuera de los límites de las fincas. Las reglas sobre la deforestación deben prohibir el cultivo del algodón certificado en tierras que fueron deforestadas ilegalmente antes de diciembre de 2019. Los conflictos de interés deben ser resueltos, asegurando que actores imparciales estén a cargo de la certificación y de las auditorías.

Además de reforzar estas normas, Better Cotton también debe implantar un sistema significativo de rastreo y asegurar la aplicación de tanto las normas como dicho sistema. H&M, Zara y otros grandes minoristas deben presionarla para que lo haga. Hasta entonces, las empresas deben ir más allá del uso de sistemas de certificación para asegurar que sus productos proceden de fuentes éticas, y deben establecer sus propias políticas y chequeos más rigurosos.


Referencias


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